lunes, 6 de agosto de 2012

Aprende a observar

Aprende a observar, observa para aprender

Hay momentos en tu vida que te paras por un instante a observar lo que te rodea. Momentos en los que cmienzas a gacer un balance de todo lo que has hecho y no has hecho, de lo que te queda aún por hacer, de lo que quieres y no quieres conseguir en tu vida, de lo que te llena de felicidad y pasión y de lo que, al contrario, te crea angustia y decepción.



No hay que medir la vida de una persona por su edad biológica, eso solo proporciona un número determinado desde el momento en que viste la luz por primera vez. Lo que realmente marca la edad de una persona, lo que le va a marcar para el resto de su vida, son las diferentes experiencias que ha tenido la oportunidad y la opción de vivir o dejarlas marchar, los aprendizajes que uno adquiere al verse inmerso en diferentes situaciones, diferentes vivencias que nos van definiendo poco a poco, que van dando forma y color a nuestra personalidad.

Dentro de una vida, te cruzas con infinidad de otras muchas vidas, totalmente ajenas a tí, personalidades afines y no afines pero ninguna de ellas mejor o peor, simplemente, diferentes. Todas ellas con cosas nuevas que aportarte. Por ello, me resulta muy importante estar atento y captar todo aquello que nos puede hacer crecer como personas, por mínimo que sea, bien sea en un presente inmediato o bien en un futuro lejano. Todo nos sirve para aprender. Cometer errores, acertar en nuestras decisiones son pilares esenciales en nuestro desarrollo intelectual y emocional pero, en numerosas ocasiones, dejamos a un lado y no le damos importancia a otro pilar básico para este desarrollo, la observación, 360º de visión de nuestro entorno.

Creemos que nuestra vida ha de ser 100% dinámica ya que si no, algo nos estamos perdiendo, algo estamos dejando escapar. Pero no es así. A veces, en más ocaciones de las que creemos, al correr nos perdemos más cosas que al estar parados, no captamos los pequeños detalles, esos que estan cargados de una esencia infinita, no analizamos, no sentimos.... y todo, por la necesidad de echar a andar en busca de algo que creemos lejos de nosotros pero que tenemos al alcance de nuestra mano.