Como seres humanos que somos cuando una persona apreciada nos ha defraudado y nos ha traicionado o si por el contrario hemos sido nosotros quienes hemos traicionado alguna vez nos invaden sentimientos de rabia, rencor, odio, frustración y dolor.
¿El rencor, la rabia, el odio, nos llevan a algún lado? ¿Nos va a hacer sentirnos mejor? No.
Tenemos que saber perdonar, primero tenemos que aprender a perdonarnos a nosotros mismos por nuestros actos, por nuestros pensamientos y después seremos capaces de perdonar a los demás, es importante no vivir bajo el rencor ni el arrepentimiento, nuestros actos pasados, pasados están pero no hay que esperar a que se agote el tiempo porque entonces podemos llega tarde.
La felicidad no reside en todo el dinero que puedas tener, en todo el éxito que hayas podido conseguir en su momento, eso se acaba yendo por mucho que intentes cuidarlo, en cambio, la familia y las amistades hay que cuidarlas, mimarlas día a día porque son las personas que van a estar a nuestro lado apoyándonos en los buenos y malos momentos, si les cuidamos bien siempre van a estar allí. El amor de nuestros seres queridos es lo que llena el alma de alegría y felicidad.
Hay que vivir el día a día rodeado de las personas que quieres y te quieren, disfrutar de los pequeños detalles de los que se componen nuestras mañanas, tardes y noches y valorarlos. La felicidad se basa en la sencillez de las cosas, en las cosas que se dirigen a satisfacer las necesidades del alma.
Esa es la manera de vivir y disfrutar los días como si fuese el último, de no tener miedo a la muerte.
Aqui os dejo el enlace a la sinopsis de una novela de Laurent Gounelle que aún no he leido pero que me leere cuando termine de leer los libros que tengo pendientes.
